La junta rotativa que llevan algunos electromandrinos tiene un mantenimiento preventivo muy estricto. Este tipo de junta la llevan motores como por ejemplo el que vamos a ver en este artículo. Se trata de un electromandrino de la marca FRANZ KESSLER, en concreto del modelo DMO112.AM.4.AFS-C4. Estos equipos suelen montarse en centros de mecanizado para metales de la marca Chiron.
El problema de la junta rotativa.
Estos motores suelen ir montados en vertical dentro de los centros de mecanizado. La junta rotativa, esta montada en la parte superior del electromandrino, según su posición de trabajo. Tiene la misión de aportar a través de ella el agua de refrigeración de la herramienta. Y tiene un número concreto de horas de uso, que sino tenemos en cuenta mediante un mantenimiento preventivo de esta junta, provocaremos el fallo y este tendrá como consecuencia la entrada de agua en el electromandrino. Esta es la avería más típica en este tipo de motores. Si no se realiza el mantenimiento de la junta rotativa a las horas de trabajo adecuadas, tendremos el fallo asegurado.
El funcionamiento de la junta rotativa.
En la imagen del punto anterior, podemos ver una cápsula azul en el centro del electromandrino. Esta es la junta rotativa. Esta compuesta por dos piezas, en la imagen de la derecha las tenemos desmontadas y vemos como están claramente dañadas por el óxido. Ahora os describiremos como se ha llegado a esta situación.
Algunas juntas rotativas pueden montar un rodamiento, aunque en este caso se trata de un conjunto de dos piezas.
Primero vamos a comprender el funcionamiento de esta junta. En la imagen de la derecha vemos dos piezas, la pieza azul va fija y sujeta a la carcasa del electromandrino, mientras que la pieza inferior va solidaria al eje del rotor. Ambas piezas entran en contacto a través de un cierre por junta de grafito (las vemos montadas en la imagen de la izquierda).
La parte fija lleva un muelle que al entrar la presión empuja y hace que entren en contacto las dos caras de grafito. La que va montada sobre la pieza fija y la solidaria con el rotor que está en permanente giro. El agua pasaría por el interior de las dos piezas, pero no saldría hacia fuera por la acción de la junta de grafito. Cuando la presión desaparece, retorna hacia atrás por el efecto del muelle y las dos piezas quedan separadas, puesto que si rozasen en seco se dañarían.
Filtrado del líquido de refrigeración.
El líquido de refrigeración que es el que pasa a través de la junta debe venir limpio y sin restos de virutas metálicas o restos del trabajo de la herramienta. Además debe trabajar a la presión indicada por el fabricante para que el muelle actúe correctamente.
Este líquido de refrigeración tiene que tener las características indicadas por el fabricante y el sistema de filtrado debe garantizar la calidad del mismo. Si falla el filtrado, el líquido arrastrará virutas y empiezan los problemas. Se puede depositar restos de metal sobre las caras de grafito y evitar el sellado total, dejando pasar líquido al interior del electromandrino.
Vemos en la imagen como los restos de viruta tienen gran presencia en el exterior del motor. El sistema de recirculación de la taladrina puede arrastrar estos restos de metal fruto del trabajo de la herramienta y si el filtrado es deficiente empezará el problema.
Las averías consecuencia de este fallo, el encoder.
Como decíamos, lo más peligroso es la gravedad de las averías que puede generar. En el caso del electromandrino que estamos comentando y usamos de modelo, se han llegado a producir todos los daños posibles que una avería como la que estamos describiendo podría producir. Cuando se produce esta avería, lo primero que va a ocurrir es que el agua que fuga pasa a través del encoder y puede dañarlo totalmente obligando a la sustitución. Vemos en las imágenes la oxidación en las superficies del encoder.
Más problemas en el rotor y el estátor.
Después del encoder, al estar el electromandrino montado en vertical, el agua seguiría descendiendo por efecto de la gravedad hacia el bobinado, que es el siguiente elemento. Aunque el bobinado en estos motores está encapsulado, precisamente para aumentar la protección, si el agua está en un continuo paso a través del bobinado, al final va a dañarlo igualmente.
Evidentemente, esta circulación continua del agua por el interior del bobinado afectará también al rotor. En las imágenes podemos ver el estado de degradación que presentan tanto el estátor como el rotor. Se puede apreciar claramente la humedad en el interior del estátor y signos evidentes de oxidación en todas las superficies.
Los rodamientos.
Además se produce otro problema, al estar entrando permanentemente el líquido, se elimina la grasa de los rodamientos y acaba dañando estos elementos. En las imágenes vemos la clara presencia de óxido en todas las partes del eje, incluidos los rodamientos.
Al estar el bobinado del estátor encapsulado, el rebobinado de este equipo es una avería muy costosa, dado que el tiempo de reparación es muy alto. Además de la dificultad que entraña esta reparación.
En la mayoría de las ocasiones, esta avería se tiene que resolver con al menos la sustitución de retenes y rodamientos, así como la sustitución del encoder. Además, como ya hemos indicado, en los casos más graves será necesario el rebobinado del estátor.
Mantenimiento preventivo.
Como podéis ver, el mantenimiento preventivo es más que una posible opción. Es una necesidad que debemos cuidar para evitar males mayores. Con un control adecuado de la junta rotativa podemos evitar muchos problemas y desde luego que, en todos los casos, con un grandísimo ahorro. Estos motores presentan esta avería muy frecuentemente y en un porcentaje elevadísimo de los casos, la razón siempre es la misma: un mantenimiento preventivo deficiente.
Finalmente el equipo quedó en perfecto estado y listo para volver a la producción, ahora bien, será necesario prestar atención al tiempo de trabajo efectivo de la junta rotativa, pero no volver a pasar por la misma colección de problemas.
Nos podéis preguntar cualquier duda en ESTE MISMO FORMULARIO.